lunes, 11 de junio de 2012

Fast-fooddiction...



Como el Yin y el Yang, el sol y la luna, la noche y el día, el tratar a un obeso como adicto tiene sus pros y contras. En primera quisiera mencionar una frase de Gary Becker, premio nobel de economía en 1992, en la que menciona que todas las decisiones que tomamos, desde qué comer hasta con quién casarnos son decisiones económicas.

   En el ámbito económico hay dos variables que me gustaría mencionar.
Si nos vamos paso por paso, ya se detectó el problema (no poder "dejar" de comer) y la decisión está tomada, el paciente en cuestión debe asistir con un profesional. El precio de la consulta de un psicólogo es muy parecido al de un nutriólogo (lo sé de buena fuente). Si vas con un psicólogo pagas tu consulta y patitas pa' qué las quiero (ojalá fuerá tan sencillo). En cambio si vas con un nutriólogo, la suma de gastos es mucho mayor. Comer bien es todo un lujo, el concepto de "alimentarse sanamente" es de precio considerablemente elevado. Es información del dominio público que cerca de 52 millones de personas o el 46.2% del total vive en condiciones de escasos recursos... Les va a interesar comer "sanamente"? Yo creo que sólo les preocuparía comer.

¿Qué pasa con la otra mitad del país? Bueno, si consideramos que estas personas no tienen recursos tan limitados entonces pueden asistir a un nutriólogo y hacerse su chequeo y comprar alimentos y mantener el regimen, etc. Desafortunadamente, no hay malos nutriólgos sino malos pacientes. Si no se ataca el problema de raíz, su sobrepeso u obesidad seguirá existiendo y el paciente va a pagar un nutriólogo toda su vida. En cambio, si a todos los obesos se les ve como potenciales adictos, éstos pagarían su terapia y no más (suponiendo que está teoría funcione).
Pero, ¿qué pasa con el estilo de vida? Estrés es la palabra. El ritmo de vida hace que la gente elija sus alimentos en base a las tres "B": Bueno, Bonito y Barato. La perfecta descripción de la comida chatarra o  FAST FOOD. Aún más a favor de mí teoría, el estrés se elimina cuando la persona se encuentra en "bienestar" (Sí, gracias a la terapia).

Pero, enfoquémonos en el grupo PROBLEMA, los niños. Así como ser adolescente trae implícito tener acné, ser niño trae implícito "no comer bien". Esto es en gran parte gracias a nuestros medios masivos de comunicación. Si no me creen, compruébenlo por ustedes mismos. Los comerciales televisivos y la publicidad en las calles, son la mitad de la campaña electoral y la otra mitad es de toda la posible e inimaginable cantidad grosera de comida chatarra que hay EN TODOS LADOS!
El niño en cuestión entiende mediante colores bonitos, comerciales llamativos y personajes atractivos que comer "es divertido". Pasa de ser una necesidad fisiológica a la parte divertida y "cool" del día. Y no sólo es comer, sino comer MUCHO. ¿Cuántas veces no hemos oído "Por sólo dos pesos más convierte tu combo en UN COMBO JUMBO THIS BIG"? Y las variables se suman y se suman y se suman...




Estoy segura que desde el paleolítico y hasta nuestros tiempos, la frase favorita de las mamás, además de "llevate suéter" es "Cómete tus verduras". Si de por sí, es difícil que un niño quiera alimentarse sanamente, con todos los medios publicitarios que hay de la comida chatarra, no es sorprendente que estemos tratando con la generación de la Fast-Fooddiction.




Bueno, pero ¿qué tan malo puede ser comerse un combo JUMBOTHISBIG, de un lugar cuyo nombre no mencionaré pero es rojo y "Me encanta"?
Resulta que una hamburguesa, papas y refresco suman aproximadamente 3000 kcal. Sí, en una sola comida.  Mucho? De hecho, es MUCHÍSIMO!!!! La cantidad de kcal recomendadas en todo un día radica entre las 2000 y 3000 kcal. Si el niño se comiera el combo y no más, no sería tan malo. Pero si desayuna, lunchea, merienda, come, cena, vuelve a cenar y repite tres veces el postre .... Te sigues preguntando por qué hay tanta obesidad?


To be continued...


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